jueves, 12 de enero de 2017

                                                                   TIZIANO 

-Francesco, moled el azul cobalto-
Tiziano Vecelio  trabajaba en un cuadro de pequeño formato: Cristo y el Cireneo. En él, Jesús mira al espectador  con actitud doliente mientras es ayudado a transportar la cruz, de la que se ve lo fundamental, por un hombre con vestimenta azul.
-¡Aprisa! no tengo toda la mañana- increpó al joven, que sudaba  debido a la presión del maestro y al intenso calor.
Cada vez que repasaba la mirada de Nuestro  Señor un escalofrío recorría el cuerpo del viejo, pues reflejaba su mismo miedo a la muerte, aunque sabía que estaba cerca, pues ya contaba con más de 90 años…
La mañana siguió como de costumbre:
El pintor se tomó un descanso de sus quehaceres, y ordenó a uno de sus músicos que tocara una vieja melodía de su tierra, el Véneto italiano.
Oyendo las notas el anciano volvió a su infancia en una casa de mediano tamaño, ni mucho menos de las más pobres de la población. Allí había pasado algunos años felices….
Todos estos recuerdos se interrumpieron súbitamente, al sonar el pesado aldabón de la puerta. De inmediato acudió Piero, uno de los criados, a abrir:
-¿Maese Tiziano, por ventura? -Preguntó el desconocido.
Al oír su nombre, el anciano se levantó trabajosamente y avanzó expectante  ante el recién llegado:
Se trataba de un hombre alto y de cuerpo  grueso,  vestido con botas de montar, pantalones, jubón y capa, todo ello de color negro excepto la hebilla del pantalón, de color plateado. Su rostro, extremadamente pálido, era ancho y de facciones durísimas.
-Yo soy Tiziano- proclamó el anciano orgullosamente-¿Qué puedo hacer por vos?-
El desconocido sonrió. Su dentadura, blanquísima, rivalizaba con el tono de su piel:
-Veo que vuestra actividad es febril-  observó el desconocido mientras se acercaba al boceto de La Gloria, cuadro que había acompañado a Carlos V en su lecho de muerte, y que había sido un encargo de este.
El anciano se impacientaba. Repitió de otro modo la pregunta:
-Tal vez si me decís que puedo hacer por vos-
El desconocido se giró bruscamente, con una sonrisa de oreja a oreja:
-bien, vayamos a lo que nos atañe: Deseo que hagáis una Piedad...-
-No hay problema… ¿mas quien me lo pide? Porque es extraño que para semejante menester no haya venido un sirviente, en lugar de alguien de nobleza indudable.
El caballero sonrió complacido
-Oh no os preocupéis… ya sabréis quien es vuestro comitente  llegado el momento…-
Hizo una pausa dramática y continuó-
-Vuestro comitente sabe que satisfaréis el encargo a su entero gusto, pero para ello tenéis un plazo de tiempo.-
Tiziano, que no estaba acostumbrado a trabajar con límite de tiempo, se indignó:
-¡El arte no puede constreñirse a las vicisitudes humanas o del tiempo, solo quien se dedica a ello puede comprenderlo! Un cuadro es como un niño, necesita ser alimentado pero no a  todas horas, no se debe pintar por el hecho de pintar.-
-En este caso sí- Respondió tajante el caballero.
-6 meses- sentenció el hombre- después vendré a buscar…a buscaros.
El viejo pareció entender, y el caballero se rio de buena gana:
-Vuestro comitente soy yo: La muerte. El cuadro que haréis será el que adorne vuestro sepulcro.
El anciano se postró de rodillas y entre lágrimas preguntó:
-¿Cómo será? ¿Sufriré?-
-Peste- Respondió la muerte de modo lacónico- Vuestro hijo también.
Tiziano se abalanzó entonces a una sorprendent huesuda pierna e imploró:
-¡Mi hijo no! ¡Conformaos conmigo!-
La muerte se agachó, poniéndose a la altura del anciano, y le sonrió. Sus  ojos, antes expresivos, se habían vuelto negros y translucidos.
-Debéis descansar,  tenéis muchos años y muchas tragedias a vuestras espaldas-
El anciano replicó:
-Tengo miedo, mi fe no es suficiente-
-No hay nada que prepare para asumirlo completamente- Pero lo que la gente no piensa, es en la paz que hay después del viaje…no temáis- Los ojos de la muerte se tornaron extrañamente amables.- No prolongaré mucho vuestro sufrimiento…lo prometo.
Tiziano soltó la pierna de La muerte y esta se marchó sin decir nada mas.

martes, 10 de enero de 2017



                                                 UNA RELACIÓN EXTRAÑA




¿Verdad que hubo un tiempo en el que nos creímos alguien? ¿No es verdad que una vez me soñaste grande?
Quizá lo fui por el breve instante que duró tu fantasía. De inmediato la realidad la matizó, la quiso convertir en ascuas de una durmiente hoguera…aunque tu gran labor fue  apagar  casi todos los rescoldos, dejar solamente uno como recuerdo de lo que pensaste.
A veces me he empeñado en romperlo todo, por torpeza casi siempre…aunque también algunas veces por pura maldad y con conocimiento de causa….sin embargo, cuando he querido romper algo, siempre ha sido lo mío, mis cosas:
Lo tuyo lo he dejado intacto, es más, he cuidado de que así siguiera, pues me parece un camino correcto  y en el que debes seguir. Yo sigo dando tumbos por los días y las horas…así debe ser: para que me enseñes el lado correcto debo ser el equivocado, yin y yang, blanco y negro…tú eres el gris la de los matices, la de la sutilidad y el misterio infinito.
Dudar es el gran regalo que me permite ser a tu lado.


miércoles, 4 de enero de 2017

REFLEXIONES DE UN CONFUSO (O DE COMO HABLAR A UNA MENTE TURBULENTA) POR: ALBERTO CRESPO



Hace tiempo que vengo replanteándome todo. Las cosas  me rozan y nada  se queda en mí, es como quedarse mirando un tiovivo y sentir unas ganas irrefrenables de saltar.

Y la verdad es que no sé porque me pasa eso, pues a veces imparto lecciones de como tomar las cosas, como ya sabes…es como si otro hablara por mí. Es increíble, y ahora lo entiendo, esa sensación de levantarse con rugido, como si el  mundo te esperase y la calle estuviera ahí, solo para ti, la gente te espera, solo a ti.

A veces sigo viendo eso: La gente  nos espera, la calle esta ahí para nosotros, el suelo esta para gastarle y el aire para  acabar con él en respiraciones frenéticas como si nos faltara tiempo,  como si quisiéramos comerlo  una y otra vez....Porque hay que explotar como cohetes hay que dejar estelas, arriesgarse a caer, porque hasta en la caída  veras perspectivas nuevas...Hay que volar, saltar… Hay que hacer tantas cosas... yo no sé si las hago pero desde luego tú lo puedes y debes hacer. Es imperdonable que no lo hagas. Y el momento es JUSTO ahora.

Escribir esto  me  sirve de reflexión y es bastante terapéutico. Tu quizás te rías pero es la única manera  que tengo de ordenar las ideas: escribir a tirones, como tú y yo llevamos nuestras cosas  con desagrado, confusión...pero sacando siempre alguna lección .Creo que el objetivo de todo es ese: sacar lecciones, y el que no las saque simplemente está pasando por la vida, pero no la está asumiendo. Yo me doy cuenta de que tu estas sacando más de las que tú misma te crees. Y debes acostumbrarte a que todo eso te va a cambiar, te va a dar la vuelta como un guante. No será agradable, es más, te resultará confuso., pero será muy necesario.

Luego todo será bullicio, luz, grises y nunca blanco o negro…todo tendrá otro sentido…otros sentidos.


Todo será distinto